miércoles, 30 de junio de 2010

Alma

Desde que tenemos la capacidad de pensar siempre nos ha intrigado el hecho de que seamos capaces de pensar y de ser conscientes de que pensamos y existimos.
Veíamos otros animales e intuíamos que no pensaban, o al menos no de una manera tan compleja como la nuestra. El hecho de que también tengamos libertad de acción y que no seamos simples autómatas preprogramados por nuestra química (o de lo contrario no tendría sentido atribuirnos responsabilidad por nuestros actos, ya que la culpa no la tendría la persona sino su química interna. En vez de reformatorios o cárceles, tendríamos talleres de reparación de personas) es algo que asumimos diariamente.

Tanto la libertad como nuestra capacidad de pensar han sido tradicionalmente atribuidas a un elemento inmaterial llamado alma. La existencia de este elemento (esta alma) nos ha hecho preguntarnos por su naturaleza, si es inmaterial, significa que hay otro mundo (o dimensión) también inmaterial donde el alma existe, y al ser inmaterial no puede deteriorarse o morir. Todo esto finalmente lleva al platonismo: hay dos mundos uno "superior" inmaterial donde habita el alma y otro "inferior" donde está todo causalmente determinado (relaciones causa-efecto) donde habita el cuerpo.
Esto explica por qué tenemos libertad (el mundo inmaterial no está dominado por la causalidad por su propia naturaleza inmaterial y por tanto hay libertad), pero parece ser una pobre explicación sobre por qué pensamos y somos auto conscientes (conscientes de nuestra existencia).

Volvamos al principio. ¿Y si esa tal alma no existiese? pongamos que es nuestro cerebro el encargado de la consciencia, el pensamiento y la toma de decisiones. Las múltiples y variadas interconexiones entre nuestras neuronas son capaces de provocar nuestros pensamientos, emociones y sentimientos perfectamente. No obstante aquí se nos plantea un problema, si son nuestras neuronas las que en conjunto "piensan" y "toman decisiones" ¿no somos entonces esclavos de la química de nuestro cerebro? ¿La responsabilidad de nuestras acciones no está entonces en manos de cualquier molécula química que vague por nuestro cerebro?

Es cierto que una sola neurona se comporta de un modo causal, cada estimulo tiene un efecto concreto; pero cuanto tienes las suficientes neuronas interconectadas entre si pasa algo. El efecto de la causalidad disminuye, aparece la consciencia y el pensamiento y con ello la libertad. Porque interconectar neuronas no es como apilar unos ladrillos, una pila de ladrillos es igual a la suma de todos los ladrillos en cualquier sentido, pero los sistemas vivos no funcionan así. Es más bien como cuando juntas las suficientes personas y se forma una sociedad: en una sociedad hay rituales, costumbres, métodos de gobierno, etc... Es más que la simple suma de personas aisladas, ya que la interacción ha permitido que el total (la sociedad) sea más que la suma de las partes (personas individuales). Exactamente lo mismo sucede con las neuronas, la autoconsciencia y el pensamiento surgen de la suma de las interacciones de las neuronas.

Hay (mucha) gente que se siente molesta con la idea de que interconexiones químicas y físicas entre pequeñas células de nuestro cerebro sean capaces de generar una personalidad, un pensamiento o cualquier fenómeno de la consciencia. ¿Cómo es posible -se preguntan- que unas simples células microscópicas sean capaces de generar la inmensidad de pensamientos de un ser humano? Parecen incluso ofendidos por la sugerencia. Pero a la verdad no le importan nuestros gustos o preferencias al respeto. Además no me parece nada denigrante o humillante que sean las interconexiones entre neuronas las que generen mi consciencia. Es como si una sociedad se sintiese asqueada por los individuos que la forman, no tiene sentido. Es más me siento orgulloso (y maravillosamente asombrado) de que miles de millones de interconexiones conformen todo lo que soy, es algo increíble y (en cierto modo) bello.

Saludos desde Orión

sábado, 19 de junio de 2010

El sueño del socialismo y el espiritu de la humanidad

cUna vez más miremos el sueño del socialismo: una sociedad perfecta, sin diferencias sociales, sin conflictos, con trabajo, estudios y un futuro asegurados. Es un sueño precioso, sin duda, muchos querríamos estar en él. ¿Y por qué no? nos preguntamos, puede sónar utópico, pero eso no significa que sea imposible. Sin embargo miremos a esta sociedad de cerca. Y observamos una cosa ¿donde están las dificultades? ¿Dónde están los problemas? ¿Dónde están los retos? no existen, pues han sido eliminados en pos de el bienestar social y personal de los individuos de esta sociedad. Ese es el error.
Hay quien diría que soy un hipócrita por no querer el mismo bienestar que puedo disfrutar para el resto de mi especie, que las personas que nacieron en un lugar desfavorecido y no en el mío (me considero afortunado a este respecto) no tuvieron la culpa de ello, que fue el azar y, al fin y al cabo, ¿que derecho tengo yo sobre ellos para estar donde estoy? Y podrían tener razón, pero la verdad es que única y exclusivamente el azar rige ese aspecto. Estoy en contra del sueño del socialismo, primero por que haría languidecer esta sociedad hasta su extinción, y segundo por imposible.


Las diferencias sociales (y con esto me refiero, por ejemplo a la existencia de riqueza, pobreza, tensiones entre clases...) siempre han existido en la humanidad (lo cual no quiere decir que vayan a seguir existiendo) y han sido, en muchas ocasiones el motor del progreso y la expansión de la humanidad, los descubridores de nuevos territorios eran con frecuencia gente de clase social baja, sin recursos y desesperados.


Además la ruta evolutiva de nuestra especie sugiere algo. La selección natural hace que las especies se especialicen en determinadas tareas, vitales para su existencia. Así el mosquito chupa sangre, y lo hace de una manera (fastidiosamente) efectiva; el tiburón sigue y atrapa presas y para ello es extremadamente eficaz. Pero ¿en que estamos los seres humanos especializados? alguien podría decir "en pensar" o "en construir herramientas". Es incompleto, la selección natural ha hecho que durante millones de años de evolución nuestra capacidad más desarrollada sea la de enfrentarse a retos. Por eso abarcamos los cinco continentes (a pesar de sus diferencias climáticas y de ecosistemas), por eso construimos herramientas que potencian nuestros endebles músculos, por ello tenemos unas estructuras sociales complejas que se adaptan al medio en el que vivamos, permitiéndonos la supervivencia. Dadnos un reto y los seres humanos lo resolveremos.


Pero que pasa si no hay retos, si todo está ya decidido y preparado y no hay problemas a los que hacer frente, como propone el sueño del socialismo. Sinceramente creo que nadie lo sabe, algo así no ha pasado nunca (y a menos que nuestra evolución nos lleve por otro camino es poco probable que ocurra), pero estoy seguro que a largo plazo sería perjudicial para los seres humanos del futuro. En una sociedad así creo que la mayor amenaza que acecharía sería un enorme auge del nihilismo, al final las personas dejarían de trabajar y existir y se dejarían morir lentamente hasta agotar su existencia, perdidas en su plácida y cómoda existencia sin problemas.


No obstante no creo que el sueño del socialismo sea inútil, promueva las tensiones sociales y anima a las personas a buscar un futuro mejor, lo cual es un reto que debe ser superado, lo cual es positivo para la humanidad en su conjunto, es positivo.


Saludos desde Orión