domingo, 27 de febrero de 2011

Conócete a ti mismo

Parece que el individualismo domina. Pero es mentira, nuestra sociedad no es individualista, no pensamos así. En realidad usamos la tecnología para satisfacer nuestras intrínsecas necesidades de llamar la atención y buscar reconocimiento en los demás, no en nosotros mismos. Nuestros instintos naturales (necesidad de compañía, sexo, amor, reconocimiento, llamar la atención) parecen haber tomado el control en esta sociedad anestesiada por un sistema político, económico y social en decadencia. O si no, echad un vistazo a vuestro alrededor. La gente quiere el coche mas "chulo", el móvil con más aplicaciones inútiles, tener más visitas en tuenti o facebook, la novia más cañón; para que los demás den su aprobación o su admiración. Pero ¿que hay de bueno en ser admirado o aprobado? Hitler fue admirado, Franco fue admirado; todos los ególatras que llegaron al poder fueron admirados por los demás, que se sentían débiles en comparación. Nos obsesionamos con el reconocimiento grupal como un clan de chimpacés superdotados.
Nuestros instintos son una parte importante de nosotros, pero ¿son buenos? ¿tiene acaso sentido preguntarse sobre la bondad o maldad de ellos? ¿podemos desprendernos de ellos o modificarlos? ¿hacia donde nos conducen? y no menos importante ¿queremos nuestros instintos?
No podemos elegir los instintos con los que nacemos, pero deberíamos preguntarnos sobre ellos.
Los dioses griegos les dijeron "Conoceos a vosotros mismos", y puede que sólo así lleguemos a ser libres, tal vez, debamos buscar dentro de nosotros, y buscar nuestra aprobación en vez de la de los demás, pero sin olvidar a los demás. Debemos recordar que no vivimos sólos, que dependemos del resto del mundo para nuestra supervivencia.
Pero volviendo a la realidad mundana, a nadie le parece interesante mirarse al espejo, solamente para oír lo que dicen sus instintos e identificarlo con sus necesidades.
Si de verdad quisiéramos vernos a nosotros mismos tal y como somos, habría una asignatura de antropología en toda la educación obligatoria, para vernos en el espejo.
Pero a nadie le importa, la búsqueda del perfeccionamiento del ser humano a través de la reflexión y el autoconocimiento ni siquiera pasa por la alcoholizada cabeza de la juventud de hoy en día. Y nada de libros que cuestionen el staus quo, que se necesita un mínimo de neuronas para comprenderlo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Alternativas?

La gente habla mucho. Últimamente sobre economía. Bueno realmente desde el inicio de esta crisis, antes parecía que eso de la economía era algo muy complejo y lejano. Y el panorama de la opiniones se puede dividir en dos: "hay que arreglar este modelo de economía" y "hay que eliminar este modelo de economía".
La primera opinión para mi es como si me dijeran "hay un psicópata con daño cerebral matando gente con una motosierra, para arreglarlo cambiemosle la motosierra por un bate de baseball", el problema es el psicópata, no la motosierra; haciendo modificaciones no arreglarás un sistema inestable, egoísta y autodestructivo (vaya, igual que un psicópata).
La segunda me parece mas coherente; pero tras soltar toda esa bilis, esa rabia acumulada contra el sistema, no he encontrado que alguien después propusiera algo constructivo. Cuando uno busca o pregunta por modelos económicos alternativos al capitalismo, no hay nada; si acaso algún valiente defensor de la causa roja te remite al comunismo (después de ver los regímenes a los que dio lugar, mejor ni considerarlo para el futuro), y si no algún otro te remite al anarquismo (cuando algún anarquista me explique como con su sistema se puede asegurar el funcionamiento de universidades, laboratorios, industrias..... lo tomaré en cuenta).
No puedo menos que quedarme asombrado ante tal vacío, semejante laguna en el pensamiento humano. Con nuestra abrumadora imaginación (de la que presumimos sin parar frente a nuestros primos del reino animal y vegetal), ¿cómo no hemos pensado en otros modelos económicos? ¿Cómo es que lo mas reciente es del siglo XIX? ¿De verdad a nadie se le ha ocurrido nada?
¡Maldita sea! Se trata del reparto, administración y extracción de nuestros recursos y solo tenemos un modelo que medio funciona, dirigiéndose hacia el colapso absoluto. Os aseguro que si hubiera alguna inteligencia extraterrestre observándonos, estaría tan muerta de risa como yo al leer "Luces de Bohemia".

Bueno, ya que me quejo tanto de la falta de propuestas constructivas, voy a proponer algo. Se llama "Tecnocracia" (a los españoles no lo confundáis con los tecnócratas del Opus del franquismo, que no tiene nada que ver). La Tecnocracia fue planteada en los años 20 y 30 como la aplicación de la ciencia en el el reparto de los recursos. Es un modelo de distribución económica flexible, adaptable y sin necesidad de dinero. Este último punto es quizás el más conflictivo, pero pensad que en una sociedad donde los bienes pueden ser manufacturados automaticamente por robots, los campos cultivados por tractores guiados por GPS, y las granjas, transporte y extracción de recursos automatizados; que sentido tiene el dinero como medio de intercambio de recursos; cuando podemos obtenerlos sin mano de obra humana. La tecnología existe.
Podéis encontrar información sobre la Tecnocracia, aunque la mayoría está en inglés, pero en Wikipedia el articulo que aparece es bastante bueno, aunque creo que está incompleto.
En cualquier caso, si se os ocurre un nuevo sistema económico soltadlo por ahí, aprovechad que es tiempo de crisis.
Saludos.

sábado, 5 de febrero de 2011

Sinceridad

Ser sinceros da miedo. Es cierto. Es por ello que existen los eufemismos y las mentiras, nos evitan tener que decir la verdad. Y la culpa es nuestra manía por controlar todo, queremos saber antes de decir algo, la reacción que tendrá en nuestro oyente. Porque a veces es más importante para nosotros causar una reacción (generalmente buena) en la persona a la que estamos hablando, que decirle la verdad. La diplomacia es eso, pero cuando hay más de un oyente y queremos no enfadar a ninguno, aunque tengan posiciones enfrentadas entre si.
Pero no creo que sea algo bueno, tratar a las mentiras como si fueran la realidad es como construir castillos en el aire.
Y creo que esto es mucho más importante cuando se trata de dos personas, por que si afirmas algo no por que sea verdad, sino por que va a causar la reacción deseada en la otra persona; lo que estas haciendo es manipular y tratar a esa persona como si fuera un medio para conseguir algo.
Pero por el otro lado está nuestro eterno compañero, el miedo, que nos impulsa a mentir para evitar caer mal a fulano o para caer mejor a pepita, porque pensamos que si les dijéramos la verdad no nos aceptarían. Pero, pienso yo, que clase de personas son aquellas que sólo se relacionan contigo por lo que finges ser y no por lo que eres. Los demás deberían aceptarte por lo que eres y por lo que piensas, y si no lo hacen, deberías plantearte si de verdad merece la pena relacionarte con esa gente.
El miedo es muy poderoso, pero no invencible, si uno pone fuerza de voluntad y se arma de valor es capaz de decir lo que siente, lo que piensa.
Además al decir la verdad nunca, nunca pierdes nada, siempre ganas algo, aunque no fuera lo que esperabas conseguir.