miércoles, 3 de agosto de 2011

Piel

Me mirado y ahí estaba, como esperando a que mis ojos se cruzaran en su camino. 
Me ha devuelto la mirada, serena y brillante.
Como un poema de Whitman lleno de pausas
y pequeños detalles 
y sombras que le dan un misterio 
fuera de lo común.

Mi aroma en ti. 
Sal y agua.
Un calidoscopio de reflejos sensibles al tacto y a la emoción.
Una última exhalación de aire antes de hundir la cabeza en mi océano de metro setenta.
Un beso solitario.
Su sabor durante un instante me hace recordar algo importante, un gran momento.
Vuelvo, pero se desvanece, a cada nuevo intento de recordar, cada vez que lo saboreo de nuevo el recuerdo vuelve, pero cada vez menos nítido, como una fotografía perdida en el olvido, que se ahoga en un charco.


Volvemos a quedarnos solos, 
flotando a la deriva,
en un mar de pequeñas entropías.
Una caricia autocorrespondida te complace y
lo agradeces con un pequeño escalofrío que recorre mi columna
a la vez que erizas mi vello.


Mientras, la muda palmera me contempla, 
tumbado en la hierba con mi eterna amante, 
mi piel.


4 comentarios:

  1. Me gusta la forma en la que escribes, porque trasmites mucho.
    Las fotografías se han quedado genial, distintas formas de ver la piel ^^

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  2. Gracias, texto o a veces es a la inversa, intento que esté todo relacionado, para que el cerebro no solo deguste las palabras sino para que también se recree en las imágenes.
    Gracias

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  3. por curiosodad ¿son tuyas las fotos? me refiero si las hiciste tú
    Buena entrada

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  4. Si, son mías, podría decirse que la fotografía es mi hobbie-medio de expresión.
    Gracias

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