sábado, 16 de octubre de 2010

Barón

"Vaya, que disfraz de Halloween mas original" dijeron sus amigos al verle.
Iba ataviado con un elegante traje blanco, que parecía sacado de la Inglaterra victoriana. Llevaba, además un sombrero de copa a juego con el traje, y un bastón de paseo. Pero lo más llamativo era su cara, dividida en dos parte iguales, una de ellas totalmente blanca y la otra tan negra que se confundía con la oscuridad reinante.

"Por esta noche soy el Barón Gilbert von Risktofen, llamadme Barón"

Sus amigos rieron, sin saber si tomárselo a broma o no; pero este desconcierto inicial pasó rápidamente, y encontraron que Barón era mucho más animado de que la persona que vestía el traje. La noche empezó bien, fueron a diferentes fiestas por toda la ciudad. En todas ellas Barón llamaba la atención por su original traje, pero cayó bien a todo el mundo. Incluso ella, que le conocía desde hacía bastante tiempo empezaba a mirar a Barón con otros ojos. Tras una noche estupenda empezaron a marcharse todos a sus casas.

Puesto que ella vivía lejos, le pidió a Barón que la acompañara hasta su casa. A medio camino apareció un desgraciado con una navaja, y la intención de conseguir algún dinero para poder drogarse. Al amenazarles con la navaja, ella movió su mano con intención de sacar su cartera, pero Barón se puso delante y golpeando al desgraciado con el bastón le quitó la navaja de las manos. Una vez desarmado, este salió huyendo.

Ella totalmente sorprendida, preguntó:
-¿Qué te ha pasado esta noche? ninguno te reconocemos, siempre que hemos salido de fiesta contigo estabas como apagado, solitario, introvertido e incluso un tanto arisco. Sin embargo hoy has sido todo lo contrario, y sin haber bebido apenas; incluso te has enfrentado a ese yonki...
-Ya os dije, que por esta noche soy Barón. Mañana todo volverá a ser como ayer...
-Pero ¿por qué? No quiero que vuelvas a ser como antes, Barón, te quiero...
-No lo entiendes. Yo soy una faceta de la persona que es dueña de este cuerpo. Durante una noche al año consigo reprimir a las otras emociones, recuerdos y pensamientos; creando la personalidad de Barón. He reprimido a la timidez, al egoísmo y a su naturaleza arisca, pero no puedo reprimirlas eternamente, no sería justo para ellas tampoco.
-Entonces que voy ha hacer, quiero volver a verte
-Me temo que para estar con Barón otra vez deberás esperar un año.
-Yo... te quiero.

Y a la luz de las desvencijadas farolas de la ciudad se besaron con lágrimas en los ojos. Luego llegó el amanecer y Barón tuvo que irse, hasta el año siguiente.

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