Hoy, nos encontramos en una encrucijada. Wikileaks, el mayor exponente actual de la libertad de prensa, de la libertad de investigación y de la libertad de los ciudadanos para saber que hacen los políticos con su poder está bajo ataque. Quizá penséis que Wikileaks no puede cambiar vuestra vida. No es cierto, ahora podemos saber. Podemos saber si nuestro gobierno nos miente y sobre que nos miente. Podemos saber la verdad y exigir en base a pruebas reales, cambios en las políticas. Podemos exigir un cese de la política de vasallaje con EE.UU. (como con el caso Couso y la ley anti descargas del gobierno); podemos exigir que el gobierno nos diga que hace realmente cuando negocia con Marruecos, China, Reino Unido o Venezuela; si negocia para el bien de los ciudadanos o para el de las empresas; podemos exigir. Todo ello gracias a Wikileaks.
Ahora Wikileaks está en apuros: senadores de EE.UU. piden la ejecución o asesinato de Julian Assange, fundador de Wikileaks, y que la web sea eliminada de Internet para siempre; además diversas empresas (Paypal, Amazon, Mastercard...) están tratando de ahogar económicamente a la organización que nos permitió conocer la verdad.
Pero... ¿Donde están las protestas contra los gobiernos que coartan nuestras libertades?. ¿Donde están la manifestaciones en apoyo a Wikileaks y a Assange?. ¿Tan pobre va a ser el pago por sus enormes esfuerzos? Wikileaks puede ser el principio de algo, puede ser el principio de una sociedad en la que los políticos y funcionarios no pueden mentir a sus ciudadanos, un mundo mucho más transparente; un mundo, en definitiva, mejor. Pero necesitamos el apoyo de la ciudadanía, necesitamos que los políticos sepan que queremos saber la verdad; que exigimos la verdad siempre. Por ello apoyemos a Wikileaks, apoyemos las filtraciones, manifestémonos, boicoteemos a las empresas que colaboran en la censura, pero solo seremos oídos si todos y cada uno de nosotros, somos conscientes de lo mucho que está en juego.
No dejeis pasar la oportunidad de cambiar el mundo en vez simplemente vivir sobre él.
martes, 14 de diciembre de 2010
jueves, 9 de diciembre de 2010
Internet y wikileaks
Últimamente, se está dando una guerra cibernética encubierta en torno a Wikileaks. Como muchos sabréis, Wikileaks está desvelando documentos clasificados de diversos gobiernos, documentos que ponen en duda los principios éticos de naciones y empresas, documentos que seguirían siendo clasificados durante décadas.
Que un gobierno mienta es abominable; sobre todo a sus ciudadanos: el poder de un gobierno proviene de sus ciudadanos, ese es el acuerdo entre gobernantes y gobernados. Si un estado miente, rompe ese pacto con sus ciudadanos y por tanto no merece gobernar. La transparencia da los gobiernos debería ser fundamental. Los secretos de estado y mentiras institucionalizadas son reminiscencia de un pasado no democrático en el que los autócratas necesitaban mentir para conservar el poder (forma de pensar de la clase política actual).
Sea como sea, Wikileaks nos ha mostrado que nuestros gobiernos nos mienten (mucho), algo que sospechábamos, pero de lo que ahora tenemos pruebas. Gobiernos y empresas, en represalia, tratan de estrangular Wikileaks con todos los medios a su disposición. Mastercard, Visa, Paypal y otras entidades financieras de las que depende para su mantenimiento Wikileaks han congelado o cancelado sus cuentas. Los gobiernos, además de presionar a estas empresas han propiciado la detención del fundador de Wikileaks.
No obstante se han encontrado con una inesperada resistencia. Un grupo de internautas, denomonado "Anonymus", cuyo objetivo es (hasta donde podemos saber) mantener Internet sin censura de nigún tipo, ha emprendido acciones contra estos grupos. Ataques coordinados desde distintas partes del mundo usando un programa llamado LOIC (en principio sus siglas son "low orbit ionic cannon" pero no tiene mucho sentido, puesto que el ataque es cibernético y no físico) están teniendo un inesperado éxito. Las webs de Mastercard y Visa han sido atacadas con éxito; así como las de la embajada sueca. Mientras escribo estas lineas el ataque contra Paypal está siendo concluido con éxito.
Y cuanto más éxito tengan, más personas se les unirán, por lo que sus ataques serán mas intensos, a pesar de que diversas webs y gobiernos tratan desesperadamente de cortar sus vías de comunicación como Twitter para evitar los ataques coordinados.
El meollo de todo esto es que los gobiernos acaban de darse cuenta de que Internet no es la herramienta que pensaban. Ellos lo crearon, pero ahora está fuera de control, o al menos de su control y tratan desesperadamente de controlar la situación. Como el monstruo de Frankesnein ahora está vivo, y no respeta a sus creadores.
Aunque cierren wikileaks, no desaparecerá el peligro pues la gente se ha dado cuenta de que los gobiernos mienten y quieren saber la verdad, se han dado cuenta de que es posible conocer los secretos de estado. Ahora los gobiernos pueden hacer dos cosas, adaptarse a la nueva transparencia exigida o oponerse férreamente con una censura mediática sin precedentes.
Que un gobierno mienta es abominable; sobre todo a sus ciudadanos: el poder de un gobierno proviene de sus ciudadanos, ese es el acuerdo entre gobernantes y gobernados. Si un estado miente, rompe ese pacto con sus ciudadanos y por tanto no merece gobernar. La transparencia da los gobiernos debería ser fundamental. Los secretos de estado y mentiras institucionalizadas son reminiscencia de un pasado no democrático en el que los autócratas necesitaban mentir para conservar el poder (forma de pensar de la clase política actual).
Sea como sea, Wikileaks nos ha mostrado que nuestros gobiernos nos mienten (mucho), algo que sospechábamos, pero de lo que ahora tenemos pruebas. Gobiernos y empresas, en represalia, tratan de estrangular Wikileaks con todos los medios a su disposición. Mastercard, Visa, Paypal y otras entidades financieras de las que depende para su mantenimiento Wikileaks han congelado o cancelado sus cuentas. Los gobiernos, además de presionar a estas empresas han propiciado la detención del fundador de Wikileaks.
No obstante se han encontrado con una inesperada resistencia. Un grupo de internautas, denomonado "Anonymus", cuyo objetivo es (hasta donde podemos saber) mantener Internet sin censura de nigún tipo, ha emprendido acciones contra estos grupos. Ataques coordinados desde distintas partes del mundo usando un programa llamado LOIC (en principio sus siglas son "low orbit ionic cannon" pero no tiene mucho sentido, puesto que el ataque es cibernético y no físico) están teniendo un inesperado éxito. Las webs de Mastercard y Visa han sido atacadas con éxito; así como las de la embajada sueca. Mientras escribo estas lineas el ataque contra Paypal está siendo concluido con éxito.
Y cuanto más éxito tengan, más personas se les unirán, por lo que sus ataques serán mas intensos, a pesar de que diversas webs y gobiernos tratan desesperadamente de cortar sus vías de comunicación como Twitter para evitar los ataques coordinados.
El meollo de todo esto es que los gobiernos acaban de darse cuenta de que Internet no es la herramienta que pensaban. Ellos lo crearon, pero ahora está fuera de control, o al menos de su control y tratan desesperadamente de controlar la situación. Como el monstruo de Frankesnein ahora está vivo, y no respeta a sus creadores.
Aunque cierren wikileaks, no desaparecerá el peligro pues la gente se ha dado cuenta de que los gobiernos mienten y quieren saber la verdad, se han dado cuenta de que es posible conocer los secretos de estado. Ahora los gobiernos pueden hacer dos cosas, adaptarse a la nueva transparencia exigida o oponerse férreamente con una censura mediática sin precedentes.
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